lunes, 27 de diciembre de 2010

No me gusta elegir

Se supone que éstas son fiestas para estar con la familia. Se supone que aunque te caigan bien o mal, son días para apartarlo todo y celebrar que se acaba un año y empieza otro, y que no nos ha ido mal del todo. Lo difícil es convencerse de ello y hacerlo a pesar de todo...

No voy a justificar nada ni a nadie, y entiendo perfectamente las razones que hacen que esto no sea posible, pero no por eso no tiene que dolerme o no hacer que vuelva a tener 15 años…

Era por la noche, Jose, Edu y yo salimos con mis padres a dar una vuelta por la calle y nos sentamos en un banco frente a casa. No hacía frío en la calle, un poco en el ambiente, pero era normal después de la enésima pelea entre mis padres… aunque ésta última acabó peor de lo habitual… Sentados en el banco los cinco, mis padres nos dijeron que habían decidido separarse, que no vivirían juntos de momento y que era lo mejor…

Aún no he sentido un dolor semejante en el pecho cómo el de entonces… era como cuando te das cuenta que te han retirado el suelo y te angustia empezar a caer sin poder detenerte… es un estilete que te arrebata la pizca de inocencia que te quedaba al pensar que hay cosas que duran para siempre. Mis ojos empezaron antes que yo a llorar, con tanta pena y tanta rabia que aun me duele recordarlo (creo que mis ojos se me van a volver a adelantar), vi llorar a mis hermanos e incluso a mis padres (al menos a mi madre).

Creo que en el fondo siempre pensé que sería pasajero, temporal, que mis padres volverían a estar juntos, que estaban destinados a ello y que yo era muy afortunado por tenerlos. Ahora ya se que no es así, y duele incluso con 32 años…

Tras la separación, la vida en esa casa fue insostenible. Por motivos que no vienen al caso, mi relación con mi madre empeoró. Como a mi padre lo veía sólo de vez en cuando, podían ser ratos agradables y los malos casi siempre los reservaba para ella. Desde luego no fui muy justo, pero tampoco lo fueron conmigo… pasé a ser el espía, el que está en contra de todos, el chivato, el que se queda con el dinero, el traidor, a quien no hay que contarle nada… Todo por querer que mis padres volvieran a estar juntos… desde luego aprendí la lección. No toda la culpa la tuvieron otros, yo asumo la mía. Aunque poner a tu hijo de intermediario/escudo no es muy correcto, mi padre nunca dejó de hacerlo…

Ambos cometieron errores durante éste tiempo, y pasaron de enemigos mortales a adultos con un trato correcto por sus hijos. Incluso éste verano en Perú, tuvimos la suerte de ir juntos de viaje… pero volvió a ser una ilusión, algo que pasa de largo tan rápido que no eres capaz de retener una imagen fija en tu cabeza.

A mis padres y a sus estupideces, estoy acostumbrado, pero es la primera vez que siento que haga lo que haga, lo voy a hacer mal.

Ésta es la primera Nochevieja que celebro separado de mi madre, desde que tengo uso de razón… y es la primera vez que me hacen elegir… y a mis hermanos…

Parece que vuelvo a tener 15 años, que vuelvo a sentir el puto estilete… Creo que, por fin, he conseguido adelantarme a mis ojos…

3 comentarios:

Ysa dijo...

Por mi experiencia, estas fiestas suelen tener un lado malo, el de elegir, quien más, quien menos, se ve obligado a estar en un sitio o en otro, a cenar aquí o allí, pero nunca se puede tener todo lo que se quiere junto. Simplemente, hay que intentar disfrutar de lo que sí se tiene, pensando que hay muchísimos días al año para pasar una buena noche, y que cada día empieza un año nuevo, si empezamos a contar desde ese día, por ejemplo, el 3 de febrero, o mejor aún, el 15 de octubre...
Que los recuerdos y las imágenes del pasado no hagan que unos días, que pueden ser muy especiales, se conviertan en desagradables!
Mucho ánimo y un beso enorme!

Nacho dijo...

Todo en la vida es una elección, y de ellas siempre se aprende, para bien o por mal. Cuando se pase el disgusto, te darás cuenta de que tú tabién lo has hecho...y mucho.

Anónimo dijo...

Yo considero que la Navidad es una fiesta dura, realmente muy pocas familias están unidas y en armonía como en las películas. Hay que saber afrontar los problemas, cada cual tiene los suyos: lo que es un problema para uno, puede no serlo para otro. Lo malo no es que los padres se separen sino la forma de hacerlo, ello son los principales que deben anteponer el bienestar de sus hijos, pero la mayoría de las veces no ocurre así. En mi opinión, si esto te ha hecho sufrir tanto es porque te das cuenta de lo que realmente importa, tal vez más adelante puedas aprender de estos errores para no cometerlos con tus posible hijos. En cuanto a elegir, yo elijo el respeto a uno mismo/a, aunque eso signifique no estar con ninguno de los dos.
Un abrazo inmenso y espero que todo fuera bien.