viernes, 18 de diciembre de 2009

Josito: Cuando todo parecía perdido...

No recuerdo exactamente la fecha, pero era una celebración; estábamos en nuestra casa en el Callao, estaban nuestros primos, tíos... no debíamos tener más de 10 y 12 años respectivamente... Jugábamos con nuestros primos al balón y la fortuna hizo que éste se nos colara en la terraza de uralita (mi madre diría calamina) que cubría el comedor interior de la cocina, situado entre el cuarto del servicio (vamos, el cuarto de la muchacha), el garaje y la cocina...

No hizo falta echar a suertes nada, como primo mayor (y también de mayor peso), no podía subir a una estructura tan inestable; mi prima no iba a subir, así que la cosa estaba entre mi primo Juan y Jose... estaba claro que le tocaba al anfitrión. No lo hizo a regañadientes, ni con miedo, lo había hecho cientos de veces y estaba muy seguro de si mismo... La fortuna, aparte de privarnos de unos minutos más de juego, hizo que el balón se situara justo en medio del tejado, donde unos cristales y "micas" hacían de tragaluz. Conociendo la situación exacta del balón, subimos todos corriendo a nuestra habitación y Jose se deslizó por la ventana que daba acceso directo al tejadillo...

No soy capaz de explicar exactamente cómo ni porque, pero esa imagen no se me ha quitado aun de la cabeza. Jose se acercaba sigiloso al balón, sabía que si nos pillaban en esa circunstancia, el castigo sería "antológico"; dio un paso en falso y desapareció. La angustia que sentí en ese momento me dejó hasta mal sabor en la boca. Corrí como un poseso, escaleras abajo, para saber que había pasado con mi hermano... La uralita aguantó bien, pero Jose cometió la torpeza de pisar los cristales (aunque él diga que no), éstos cedieron y mi hermano cayó al comedor interior rodeado de polvo, trozos de uralita y cristales. No pasaron ni 20 segundos cuando aparecí corriendo y mi madre ya le había levantado del suelo y le había desnudado completamente, entre gritos, comprobando que no tenía ninguna herida... El muy cabrón había caído de una altura superior a 3 metros, rodeado de objetos cortantes, y no se había hecho ni un rasguño; ni siquiera se hizo daño al caer... No se si fue un milagro, pero este hecho habla mucho de lo que mi hermano es actualmente.

No puedo negar que es el hermano que mejor me conoce de todos, con quien más afinidad tengo. No es que le quiera más que a los demás, es que le conozco de más tiempo. Disfruto con su compañía y, ahora que no vivo con él, echo de menos esas noches que nos pasábamos hablando de lo divino y de lo humano. Tiene todas las cualidades buenas que veo en mis hermanos y en mí, e intensifica las pocas malas que tiene: es muy inteligente, aunque es casi tan vago como yo; tiene un corazón enorme y vive las cosas con mucha pasión, pero esa pasión a veces ciega su razón y no discierne con claridad; daría lo que fuera por ver a sus hermanos reír, pero no aguanta la decepción de saber que puede ser traicionado; quiere a sus amigos más que nadie en el mundo, pero a veces no termina de quererse y valorarse a sí mismo.

Por todo eso le quiero y quiero lo mejor para él; y tal como le dije hace poco, voy a apoyarle en todo lo que decida, siempre que me necesite, solo es que no quiero que le ocurra nada. Por eso tardé solo 20 segundos en salir de la habitación, saltar sobre los juguetes al final de la escalera, bajar 2 tramos de escaleras casi de un salto, ignorar otro tramo más pequeño, correr por un pasillo estrecho, apartar a quien estuviera en la cocina y llegar al susodicho comedor y ver que mi hermano estaba bien... no quise bajar la cabeza cuando todo parecía perdido, el tampoco lo hizo. Se que no lo hará.

lunes, 9 de noviembre de 2009

La niña más dulce de reina Victoria... Vane

La primera vez que mi padre vino a España, mi hermana Vanessa no tenía mas de un mes. A él le habían ofrecido una buena beca y decidió no dejar pasar esta oportunidad... Ya desde entonces se veía que iba a ser un estupendo médico y que sus cualidades serían pulidas en el extranjero, aunque el precio fuera tan alto como dejar a su familia en Perú... Pero fué por poco tiempo.

Siempre que recuerdo algo de cuando ella era pequeña, tengo en mi cabeza grabada la imagen de la anécdota del perro. Fue ya en Madrid, y no creo que ella llegara a los tres años...

Caminábamos por el antiguo paseo de la calle Reina Victoria, en una de esas idílicas tardes de Domingo en el salíamos con mis padres a caminar (si, con los dos... no, no es un error, estaban los dos...); ella se aventuró delante del grupo, en lo que creo que era de las primeras veces que caminaba, con los pasitos tan cortos y tan rápidos que parecía que caería de un momento a otro...

En mitad de su frenético paseo vio a un perro. No recuerdo bien si el perro estaba atado en un banco, o con su dueño, el caso es que vi a mi hermana ir directa hacia él con una sonrisa de oreja a oreja... El perro le devolvió la sonrisa con tres fuertes ladridos, supongo que sin maldad ni rabia, pero extraños para una niña pequeña. No dejó ni por un segundo de andar, ni siquiera cambió su ritmo frenético... solo varió su trayectoria, giro 180º y volvió hacia mis padres llorando, asustada... a nosotros nos resultó cómico... supongo que a ella no.

Desde muy pequeña siempre fue cariñosa y de trato fácil, lo que hizo que mi madre la llamara dulce... ¡Ay! pobre ilusa, la pequeña "dulce" se ha convertido en toda una mujer con el carácter propio de haber compartido la vida con tres zánganos como hermanos mayores (fuerte, pero aun así, dulce); sigue teniendo ese trato fácil (es cuestión de saberlo buscar), pero se mantiene firme es sus decisiones... Tanto que a veces se puede pensar que es intransigente o egoísta... no es así, algunas cosas seguro que les cuesta decidirlas, pero hace lo que ella considera justo (e incluso a veces necesario para no parecer débil). Le ha costado mucho llegar a donde está y no quiere que todo ese esfuerzo sea en "vano" (jeje). Yo admiro su determinación y se que tiene un corazón que no le cabe en el pecho...

Siempre que hablo con ella, recuerdo porque mi madre sigue llamándole "dulce"... seguro que aquel perrillo ya no está entre nosotros, pero aun se arrepiente de haber ladrado y asustado a, posiblemente, la niña más dulce de Reina Victoria...

miércoles, 28 de octubre de 2009

Mi hermana Paloma (La Bebé)

Hay una tradición que aun no he llegado a comprender: la hija pequeña siempre es la “bebé” (“bebita” que dice mi madre); da igual que tenga 22 años y una afán de independencia del copón: siempre será la “bebé”. Mi amigo Carlos, siempre lo dice en tono irónico, refiriéndose a mi hermana Paloma en esos términos (oídos de mi madre), como diciéndome “tío, ya no es una niña…” Mira que él insiste en esa idea, pero a mi me cuesta un poco admitirlo…

Parece que fue ayer, cuando le pidió a mi hermano Edu un pan con mantequilla, que tenía hambre… ¡con sólo mes y medio! (él lo jura y perjura). Siempre ha sido muy independiente y, sobre todo, muy idealista… hasta hoy. Cuando algo se le mete en la cabeza, va a hacer lo que dicte su voluntad. Tiene la convicción y la certeza de tener razón (y sabe Dios que no siempre la tiene), pero es consecuente con sus ideas hasta el final, y eso me gusta mucho.

Desde mi época del grupo de confirmación, no había conocido una lealtad semejante entre un grupo de amigos, Paloma los defiende a capa y espada y parece que es un grupo de gente muy compacto (mira que yo, personalmente, habría matado a más de uno…). Solo me gustaría darle un consejo, que seguro que no se va a tomar a mal: cuando vas atravesando etapas de tu vida, hay gente que te sigue y gente que prefiere quedarse donde está, no es que pasen de ti o te olviden, sino que es imposible que las vidas de un grupo de personas vayan siempre por el mismo camino. Yo perdí el contacto con casi todo mi grupo de confirmación y de vez en cuando quedo con alguno o me los cruzo por la calle y me doy cuenta que ya no es lo mismo… tenía un poco mas o menos la edad de Paloma cuando dejé de verlos; espero que a ella no le pase lo mismo…

Con mis otros hermanos tiene una relación buena, pero como todos son de carácter distinto, los roces son inevitables. Conmigo se lleva bien y, aunque a veces no entiendo sus enfados, siempre consigo hacerla reír y olvidarlo todo (es que soy muy payaso). A mis hermanos no les funciona lo mismo que a mi y han pasado días sin hablarse (si es que son de tercos ¿a quien habrán salido?), pero todo vuelve a la normalidad cuando bajan la guardia… Si es que los hermanos somos para toda la vida y vamos a estar unos junto a los otros siempre… Nos guste o no, es nuestro destino…

Pasado mañana me voy con Carlos y otros 2 más a ver un partido de Rugby (Top 14 Francés) a Bayona (Francia), seguro que me habla de la “bebé” e insistirá en que ya no es una niña; yo no dejo de pensar en que fue un buen regalo de cumpleaños, que cuando llegó a casa y la cogí en brazos, supe que tendríamos muchas cosas en común…

lunes, 26 de octubre de 2009

Mi hermano Edu

Cuando me desperté por la mañana y vi que podía quedarme un ratillo más en la cama, no me lo podía creer… hasta el punto que me levanté y me puse a hacer cosillas. Eran las 8 de la mañana de un domingo, pero no tenía sueño. Puede ser porque me pasé el día anterior haciendo infinidad de cosas útiles: recogiendo la casa, dando a Turco un larguísimo paseo, visitando a mi madre y gastándome mi sueldo en prensa (sabes que es broma, Madre), descansando junto a Ysa y mejorando mi relación con mi hermano Eduardo.

Somos personas muy distintas y hemos tenido todo tipo de rachas: desde la imposición de mi voluntad por ser mayor, hasta la imposición de la suya por su carácter y su inteligencia (os lo juro, es brillante). Ahora tenemos una relación buena, salpicada de vez en cuando con un enfado que otro, pero nada del otro mundo. Mi hermano ha trabajado duro para sacar su carrera y lo ha hecho de una forma excepcional, es el primero de todos nosotros que lo ha conseguido y hace que nos sintamos orgullosos…

Lo único en lo que debería trabajar (si hermano, hay un pero), es en el hecho de ser un poco menos exigente con los demás. Edu, es un vendaval, y cuando se le ocurre alguna cosa, aprovecha hasta el último minuto del tiempo que le asigna a una actividad para hacerla posible… pero no todo el mundo tiene esa capacidad ni esa coincidencia en espacio-tiempo con sus deseos. No es que no queramos hacerlo, ni que lo hagamos más despacio… sino que nos tomamos otro tiempo y otro ritmo… y eso desespera a Edu y de ahí los cabreos…

Ahora, me llevo mejor con él, aprecio mucho lo que hace y como lo hace, e incluso le pido consejo para destacar en mi trabajo. Él puede dármelos y lo hace de buen grado… y eso me gusta mucho. He recuperado a mi hermano, y me he dado cuenta el día que he recuperado la hora se sueño “robada” hace unos meses.

Me gustaría no pensar en finales de Marzo, cuando vuelvan a cambiar la hora… me la van a volver a robar… Pero a mi hermano ya no me lo arrebata nadie, espero que ni yo mismo.

martes, 20 de octubre de 2009

Paso a paso

Hacer planes nunca se me ha dado del todo bien (es más bien cosa de Ysa), pero cuando uno es metódico (maniático para los amigos) al hacer las cosas, no puede evitar buscar su Flashfoward sobre lo que va a pasar más adelante. Eso era en definitiva lo que yo buscaba, pero no siempre se obtienen los caprichos.

El trabajo que desarrollo requiere un cierto grado de responsabilidad que he adquirido de golpe, ya no solo es cuestión de imagen y de que otro revise tu trabajo, es más bien tomar decisiones inmediatas sobre asuntos de los que no siempre estás seguro, pero que influyen en el trabajo de más gente. Y eso es lo que más me asusta, el hecho de que mi trabajo tenga repercusión en las investigaciones y futuros proyectos de los investigadores del centro.

Es entonces cuando piensas que no vale con creer saberlo: debes saberlo. Es por eso que creo que las oposiciones son útiles, ya que valoran tu conocimiento objetiva mente; pero eso no quiere decir que sean justas... pregúntádselo a Rober...

Ya se había resuelto mi futuro hace algunos días, ya sabía que iba a hacer de aquí a un par de años... o eso creía, hasta que otro ocupó la plaza que ilusamente pensaba que era mía.

Ya se sabe que "hasta el rabo todo es toro", y "no vendas la piel del oso antes de cazarlo"... pero cuando quieres algo con tantas ganas, tu mente te manda al futuro y te ves con un trabajo estable, viviendo plenamente junto a quien quieres... un flashfoward en toda regla, que me hizo dudar durante unos días.

Gracias a los consejos de mi familia, Ysa y amigos he llegado a una conclusión: aun pueden pasar muchas cosas hasta que este contrato acabe, incluso tendré tiempo y ganas de preocuparme más adelante... ahora no merece la pena, es mejor ir paso a paso...

domingo, 7 de junio de 2009

No hay mal que dure 100 años

Las cosas en la vida pasan principalmente porque las buscamos, no todo depende del azar.

Si hubiera dedicado mi esfuerzo en una sola cosa, quizás la habría conseguido, pero no es mi carácter, me gusta probar un poco de todo y saber que puedo hacerlo bien, ser bueno en algo y nada más. La gloria es para el que la lucha cada día, y yo soy bastante vago para eso...

Si mi madre no hubiera estado sentada viéndome estudiar, no lo habría hecho. La prueba es que cuando dejó de hacerlo, no me fue del todo bien. Pero finalmente estaba solo en los exámenes del colegio y demostré de lo que era capaz.

Si hubiera dejado a todos mis amigos, y principalmente a mis hermanos y mi madre cuando mi padre me propuso irme a vivir a Lima con él, mi vida habría sido distinta, incluso yo sería una persona distinta, pero no sé si esa persona me caería bien o no... creo que más bien no.

Si hubiera abandonado el instituto, como tenía planeado no habría conocido a Ysa, que me apoyo y me ayudó a conseguir lo que era una meta inmediata y muy lejana: ir a la universidad. Es cierto que si no es por ella no me habría esforzado para conseguirlo, pero quien se partió los cuernos estudiando fui yo, no ella (aunque sufría un deja vu levantando la cabeza de los libros en la biblioteca y comprobando que estaba allí y me veía estudiar).

Seguro que nada habría impedido que me apuntara al equipo de rugby, y esto hizo que descubriera otra forma de ver las cosas... no se trata de rendirse, sino de buscar la mejor opción para llegar al mismo sitio. Por eso al verme ahogado en la carrera (y malgastando el dinero que no tenía, más que nada por vago) me fui a hacer el módulo de grado superior de Análisis y Control y gracias a mi esfuerzo (y a la ayuda de mis amigos) lo terminé y me fui de prácticas al CSIC. Elegir este sitio y no otro, fue importante, ya que (aunque Ysa diga que tengo antepasados fenicios) lo preferí a otra opción remunerada.

Si Marcos no me hubiera dicho lo de las Becas Finnova, no habría optado a ellas y no habría adquirido un año de experiencia en la UCM y no habría conocido a gente como Ruimán, André, Irene, David o Aurelien, que me dijo hace poco que sabía que me iba a ir bien y que no me rindiera.

Si hubiera obtenido una plaza de técnico en Químicas en la UCM, no me habrían dado trabajo en una fábrica, no habría pasado por la calle en la que ahora vivo y no habría visto el cartel de se alquila. No habríamos visto el piso y no hubiéramos decidido quedárnoslo.

Si no me hubieran echado de ese sitio abusando de mi trabajo, Ysa no me hubiera demostrado (una vez más) lo mucho que me quiere, y lo maravillosa que es, ya que lejos de echarse atrás el día de la firma, me apoyó y me mantuvo durante meses...

Si no hubiera perdido el autobús, no habría cogido el metro, y no habría visto el 20 minutos del día anterior tirado en el suelo. No lo habría leído ni habría visto las plazas para contratos JAE Técnicos que ofrecía el CSIC. No habría podido avisar a mi amigo Marcos y no nos habríamos podido presentar. Si Marcos no hubiera elegido plazas en Barcelona no le habría tocado una buena plaza, donde desarrollará todo su talento...

Las cosas en la vida no pasan solo por azar, la suerte es para el que la busca; si no compras lotería no te toca, si no apuestas, no ganas... Si me hubieran cogido el teléfono el lunes cuando llamé a mi antiguo trabajo, a lo mejor me habrían ofrecido un contrato de 2 meses... si no se hubiera presentado gente al examen práctico de conducir el miércoles yo hubiera estado en clase y no habría podido coger el teléfono... si mi madre no hubiera venido a casa ese día no habría podido darme un abrazo y secar las lágrimas de niño que me corrían por la mejilla al colgar y averiguar que me habían seleccionado para un contrato de 2 años en el Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols.

Llevaba más de una año sin trabajar y estaba desesperado... el día 10 voy a firmar el contrato y me voy a esforzar al máximo para conseguir aprender y progresar en este campo... Ahora estoy en condiciones de decirlo: no hay mal que dure 100 años.

sábado, 4 de abril de 2009

Último Partido de Liga

Nunca el nombre de un post, fue tan adecuado como este. El lunes 30 de Marzo, ha sido mi último partido de liga y quiero, para quien no estuvo allí, agradecerle todos y cada uno de los momentos que hemos pasado juntos. Cada gota de sudor y de sangre, cada pinchazo de dolor, cada "sombra de ojos"... todo está en mi memoria y estará para siempre.

Recuerdo la primera vez que cantarranas me bautizó con un uno de los célebres días de lluvia y de como el barro de paraninfo hacía imposible saber si a quien placabas era rival o uno de tus hermanos... Gracias a Daviti, Mane, Trastor, Crack y Teo, que como capitanes han sabido contar conmigo y tener la paciencia para sacar de mi el máximo, siendo de naturaleza vago; enseñándome que en un campo de rugby, un segundo de distracción, supone arruinar el trabajo de 80 minutos de todo un equipo... Gracias por esperarme cuando me lesioné la rodilla y por hacerme sentir partícipe, durante mi recuperación, de las hazañas del equipo (yo también gané a Físicas, aunque sea desde la banda, pegando gritos con las muletas... mis hermanos lucharon por mi y nunca terminaré de agradecérselo...).

A cada uno de los compañeros de Rugbyquímicas, a los que estuvieron cuando llegué, a los desaparecidos y a los eternos (Tengo una deuda contigo, Hermano Bull), a los que ya no están; quiero deciros que han sido los mejores 8 años de mi vida, que me he sentido, por fin, parte importante de algo y que no voy a dejar de serlo nunca. Esto no es un adiós, no voy a desaparecer, pero ya no puedo tener el nivel de compromiso que requiere un grupo como el nuestro. Solo deciros que podéis contar conmigo siempre que lo necesitéis, y que estaré ahí para todos si el tiempo y las rodillas me lo permiten.

Veteranos será, a partir de ahora, mi objetivo primordial. Este será mi último partido con Novatos y el año que viene seré un "Novato" en Veteranos (siempre y cuando me acepten). A los viejos deciros que este año me tengo que desquitar de dos años seguidos sin jugar un partido como este y que voy a darlo todo por mis hermanos... pero el año que viene, no tendré piedad... para que no perdáis la forma...

De nuevo, gracias a todos, y un mensaje para los nuevos... disfrutad de todo esto, cada segundo cuenta.

Un abrazo

Niko