miércoles, 28 de octubre de 2009

Mi hermana Paloma (La Bebé)

Hay una tradición que aun no he llegado a comprender: la hija pequeña siempre es la “bebé” (“bebita” que dice mi madre); da igual que tenga 22 años y una afán de independencia del copón: siempre será la “bebé”. Mi amigo Carlos, siempre lo dice en tono irónico, refiriéndose a mi hermana Paloma en esos términos (oídos de mi madre), como diciéndome “tío, ya no es una niña…” Mira que él insiste en esa idea, pero a mi me cuesta un poco admitirlo…

Parece que fue ayer, cuando le pidió a mi hermano Edu un pan con mantequilla, que tenía hambre… ¡con sólo mes y medio! (él lo jura y perjura). Siempre ha sido muy independiente y, sobre todo, muy idealista… hasta hoy. Cuando algo se le mete en la cabeza, va a hacer lo que dicte su voluntad. Tiene la convicción y la certeza de tener razón (y sabe Dios que no siempre la tiene), pero es consecuente con sus ideas hasta el final, y eso me gusta mucho.

Desde mi época del grupo de confirmación, no había conocido una lealtad semejante entre un grupo de amigos, Paloma los defiende a capa y espada y parece que es un grupo de gente muy compacto (mira que yo, personalmente, habría matado a más de uno…). Solo me gustaría darle un consejo, que seguro que no se va a tomar a mal: cuando vas atravesando etapas de tu vida, hay gente que te sigue y gente que prefiere quedarse donde está, no es que pasen de ti o te olviden, sino que es imposible que las vidas de un grupo de personas vayan siempre por el mismo camino. Yo perdí el contacto con casi todo mi grupo de confirmación y de vez en cuando quedo con alguno o me los cruzo por la calle y me doy cuenta que ya no es lo mismo… tenía un poco mas o menos la edad de Paloma cuando dejé de verlos; espero que a ella no le pase lo mismo…

Con mis otros hermanos tiene una relación buena, pero como todos son de carácter distinto, los roces son inevitables. Conmigo se lleva bien y, aunque a veces no entiendo sus enfados, siempre consigo hacerla reír y olvidarlo todo (es que soy muy payaso). A mis hermanos no les funciona lo mismo que a mi y han pasado días sin hablarse (si es que son de tercos ¿a quien habrán salido?), pero todo vuelve a la normalidad cuando bajan la guardia… Si es que los hermanos somos para toda la vida y vamos a estar unos junto a los otros siempre… Nos guste o no, es nuestro destino…

Pasado mañana me voy con Carlos y otros 2 más a ver un partido de Rugby (Top 14 Francés) a Bayona (Francia), seguro que me habla de la “bebé” e insistirá en que ya no es una niña; yo no dejo de pensar en que fue un buen regalo de cumpleaños, que cuando llegó a casa y la cogí en brazos, supe que tendríamos muchas cosas en común…

lunes, 26 de octubre de 2009

Mi hermano Edu

Cuando me desperté por la mañana y vi que podía quedarme un ratillo más en la cama, no me lo podía creer… hasta el punto que me levanté y me puse a hacer cosillas. Eran las 8 de la mañana de un domingo, pero no tenía sueño. Puede ser porque me pasé el día anterior haciendo infinidad de cosas útiles: recogiendo la casa, dando a Turco un larguísimo paseo, visitando a mi madre y gastándome mi sueldo en prensa (sabes que es broma, Madre), descansando junto a Ysa y mejorando mi relación con mi hermano Eduardo.

Somos personas muy distintas y hemos tenido todo tipo de rachas: desde la imposición de mi voluntad por ser mayor, hasta la imposición de la suya por su carácter y su inteligencia (os lo juro, es brillante). Ahora tenemos una relación buena, salpicada de vez en cuando con un enfado que otro, pero nada del otro mundo. Mi hermano ha trabajado duro para sacar su carrera y lo ha hecho de una forma excepcional, es el primero de todos nosotros que lo ha conseguido y hace que nos sintamos orgullosos…

Lo único en lo que debería trabajar (si hermano, hay un pero), es en el hecho de ser un poco menos exigente con los demás. Edu, es un vendaval, y cuando se le ocurre alguna cosa, aprovecha hasta el último minuto del tiempo que le asigna a una actividad para hacerla posible… pero no todo el mundo tiene esa capacidad ni esa coincidencia en espacio-tiempo con sus deseos. No es que no queramos hacerlo, ni que lo hagamos más despacio… sino que nos tomamos otro tiempo y otro ritmo… y eso desespera a Edu y de ahí los cabreos…

Ahora, me llevo mejor con él, aprecio mucho lo que hace y como lo hace, e incluso le pido consejo para destacar en mi trabajo. Él puede dármelos y lo hace de buen grado… y eso me gusta mucho. He recuperado a mi hermano, y me he dado cuenta el día que he recuperado la hora se sueño “robada” hace unos meses.

Me gustaría no pensar en finales de Marzo, cuando vuelvan a cambiar la hora… me la van a volver a robar… Pero a mi hermano ya no me lo arrebata nadie, espero que ni yo mismo.

martes, 20 de octubre de 2009

Paso a paso

Hacer planes nunca se me ha dado del todo bien (es más bien cosa de Ysa), pero cuando uno es metódico (maniático para los amigos) al hacer las cosas, no puede evitar buscar su Flashfoward sobre lo que va a pasar más adelante. Eso era en definitiva lo que yo buscaba, pero no siempre se obtienen los caprichos.

El trabajo que desarrollo requiere un cierto grado de responsabilidad que he adquirido de golpe, ya no solo es cuestión de imagen y de que otro revise tu trabajo, es más bien tomar decisiones inmediatas sobre asuntos de los que no siempre estás seguro, pero que influyen en el trabajo de más gente. Y eso es lo que más me asusta, el hecho de que mi trabajo tenga repercusión en las investigaciones y futuros proyectos de los investigadores del centro.

Es entonces cuando piensas que no vale con creer saberlo: debes saberlo. Es por eso que creo que las oposiciones son útiles, ya que valoran tu conocimiento objetiva mente; pero eso no quiere decir que sean justas... pregúntádselo a Rober...

Ya se había resuelto mi futuro hace algunos días, ya sabía que iba a hacer de aquí a un par de años... o eso creía, hasta que otro ocupó la plaza que ilusamente pensaba que era mía.

Ya se sabe que "hasta el rabo todo es toro", y "no vendas la piel del oso antes de cazarlo"... pero cuando quieres algo con tantas ganas, tu mente te manda al futuro y te ves con un trabajo estable, viviendo plenamente junto a quien quieres... un flashfoward en toda regla, que me hizo dudar durante unos días.

Gracias a los consejos de mi familia, Ysa y amigos he llegado a una conclusión: aun pueden pasar muchas cosas hasta que este contrato acabe, incluso tendré tiempo y ganas de preocuparme más adelante... ahora no merece la pena, es mejor ir paso a paso...