martes, 5 de febrero de 2008

Como si nada...

Hace días que vengo pensando algo que me entristece profundamente. La gente toma decisiones importantes en su vida y se queda así, como si nada. No es que tenga que organizar una fiesta ni nada por el estilo, es solo que su actitud ante determinadas cosas debe cambiar... no se...

Por ejemplo, cuando uno se hace la promesa de dejar de fumar, cambia sus hábitos, se aleja lo más posible del tabaco, e incluso llega a odiarlo... para llegar a esto hay un largo proceso muy similar al de una ruptura de pareja. Primero estas convencido que puedes vivir sin eso que te atormenta (esa sensación dura segundos y a veces es lo que te hace romper), luego recuerdas los buenos momentos juntos y piensas que no los olvidarás jamás; pasas a necesitar lo que antes dejaste y a creer que tu vida no será igual. Intentas volver, pero te das con un muro (a veces te ayudan tus amigos a no subirte a ese muro) así que, poco a poco, vuelves a ser lo que eras... y pasamos al odio irracional que, con suerte deriva en indiferencia.

Últimamente pasan estas cosas a mi alrededor y me pregunto si no me tocará a mi (es en sentido figurado, ya que por suerte, he dado con la persona adecuada) o a algún familiar cercano. La gente deja de fumar y se deja entre sí, supongo que los motivos son siempre los mismos cuando se refieren al tabaco y a las relaciones: la gente cambia en su presencia, en algunos casos no eres capaz de salir dejándolo en casa, crea dependencia, a veces es molesto, no aporta nada... e incluso en algunos casos extremos te supone mucho gasto o no soportas ya su olor (metáfora de su personalidad...).

A ver si el virus de "dejarlo" pasa de largo a mis seres queridos (hermanos de sangre incluidos). A veces no nos damos cuenta de que somos lo que somos gracias a la estabilidad que nuestras relaciones nos dan. Estas relaciones nos aportan seguridad, confianza y dan rienda suelta a las represiones o cosas que solemos hacer en pareja que no nos atrevemos en público. A veces son nuestra única vía de escape... otras son la base del problema... ¿sabemos diferenciar cuando?...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ummmmmm Vale, creo que he entendido el símil, pero me parece un poco complicado... A veces es bueno dar cambios radicales en la vida, pero hay que estar muy seguro de que se quiere dejar, al tabaco o a la pareja en cuestión... Sin embargo creo que a tu metáfora le falla algo, y es que el tabaco (incluído el del estanco) siempre estará encantado de que vuelvas si es que decides que te equivocaste dejándole, pero una persona... Y las cosas pasan, no sé si por una razón u otra, pero al final parece que todo está organizado para que los buenos ganen y a los malos se les pinche una rueda del coche (robado, por supuesto)

Anónimo dijo...

Hola Niko!!!

Soy una adicta a tu blog, que descubrí por casualidad un día mientras estaba en internet.

Me gusta porque cuentas historias reales y llenas de sentimientos que nos permiten, a quienes las leemos, sentirnos identificados por tantas emociones compartidas.

Casi siempre estoy muy de acuerdo con lo que sueles escribir. SIn embargo, esta vez, y a raíz de tu texto "Como si nada" y del Anónimo que ha escrito su comentario, si me gustaría decir algo.

Creo que es necesario vivir determinadas cosas para hablar con conocimiento de las mismas (yo no podría, por ejemplo, en ningún caso, hablar del dolor que se siente ante una lesión cuando practicar un deporte es una parte esencial de tu vida). Es cierto que las relaciones estables conforman lo que somos, lo que sentimos, lo que pensamos, pero es erróneo creer, al menos desde mi punto de vista, que una única persona puede darte esa estabilidad eternamente. Somos lo que somos, no solo por las relaciones estables que tenemos, sino por aquellas que vivimos y que nos marcaron profundamente e incluso por aquellas que aún no hemos disfrutado pero que deseamos vivir (y estas relaciones incluyen no solo a la persona amada sino tambien a los amigos y a la familia).

En cualquier caso, solo el que ha dejado y el que ha sido dejado por alguien, alguna vez (y ahora hablo solo en términos de pareja), puede entender que, a veces, es necesario cambiar e incluso puede ser beneficioso. No puede ser positivo aferrarse a algo de lo que ya no queda nada bueno, por muchos recuerdos maravillosos que esa historia nos traiga, pues los recuerdos, recuerdos son. Lo más dificil es saber actuar en cada momento, saber cuando es el momento de decir "hasta aquí" y cuando es el momento de decir "vamos a intentarlo, vamos a luchar, vamos a esforzarnos". Creo que en cualquiera de estas dos ocasiones nunca se sabe si se ha hecho bien o mal, porque como toda decisión implica elegir un nuevo camino, nunca llegas a descubrir que es lo que había por el otro sendero.

Ya sabes que dicen que "la magia del primer amor consiste en nuestra ignorancia de que puede tener fin" y que "al primer amor se le quiere má pero a los siguientes se les quier mejor". Pues eso, simplemente, que ambos tenéis razón (NIko y el anónimo): tanto la estabilidad como la ruptura tienen su parte positiva y negativa, por ello, lo importante es saber en que momento debe optarse por cada una de ellas pues ninguna de las dos objetivamente es más deseable. Todo depende de la situación presente en que se viva.

Muchas gracias por tu magnífico blog, que seguiré visitando asiduamente.

De pilier a cantautor dijo...

¡Hola!

Gracias por tu comentario y gracias por leer los desvaríos que tengo de vez en cuando, como dije antes, me gusta saber que no escribo solo para mí...

Estoy de acuerdo contigo en que las cosas de las que hablamos, deben ser aquellas de las que tenemos vivencias, por eso voy a contarte algo...

He vivido todas esas situaciones a las que te refieres y creo que me malinterpretaste cuando dije que estaba con la persona adecuada: yo no creo que exista alguien para perfecto con quien compartir tu vida, creo que las relaciones de pareja se trabajan, y es entre 2 personas como se consigue llegar a una relación fuerte, capaz de soportar altibajos, y que te da estabilidad... pero esa estabilidad no es eterna, hay que trabajarla día a día para conservarla...

En mi caso concreto, aparte de Ysa, es en mi familia en quien tengo el principal apoyo... siempre han estado conmigo y, duren lo que duren mis relaciones, siempre van a estar ahí, y eso si que me da tranquilidad. Puede que discuta con mis hermanos, mi madre, mi padre... pero se que puedo contar con ellos...

No es que mis amigos no formen parte de mi vida, de hecho en gran parte soy lo que soy gracias a ellos, además cuando me han hecho falta estaban ahí y viceversa, es solo que a veces tienen sus propios problemas y soy yo quien no quiere inmiscuirlos... fallo mió supongo...

Quiero de nuevo darte las gracias por tu comentario y te pido por favor que lo hagas mas a menudo, me gusta poder contestar a lo que me dicen y a veces, como en tu caso, darte la razón.

Muchas gracias y hasta pronto.

Niko

Anónimo dijo...

Mutatis mutandis, hermano de sangre.

Al fin y al cabo, somos la suma de muchas experiencias, vividas en soledad o en compañía.
No dejemos nunca de evolucionar, el cambio no es un fallo, es una oportunidad...

Semper fi,

Bullsito